sábado, febrero 25, 2006

"7 de septiembre de 1995

… y es que no puedo menos que escribirte algo, algo que mi pedantería se vea reducida, algo que la palabra escrita –siempre más honesta, sincera y modesta– pueda aliviar el paso de los caballos sobre el cuerpo maltrecho de nuestra amistad. Esos caballos tú los conoces, los bríos de esos bridones y sus características, tú sabes del espacio y panorama que galopan, tú ya has sentido antes el galope sobre tu cráneo y tienes bien medido el peso de su pezuña.
Yo he aceptado ya mis errores, si aún me falta alguno estoy dispuesto a escucharte o leerte, yo soy culpable de haber soltado las riendas de más de dos de la estampida, pero no fui yo quien abrió las puertas del corral (tampoco tú).
Ayer me propuse, bajo una promesa, buscar esos pinches percherones y amarrarlos a mi carreta. Me siento cansado, tonto y apenado por mi conducta, pero quiero gritarle al mundo que si hice mal fue porque me provocaron, porque me cercaron y sentí puñales en la espalda… por todos los caballos que destruyeron mi cosecha yo solté los míos… y ahora quiero entender que se les soltaron por accidente, hoy quiero sujetar las bridas o los crines, hoy quiero volver a sembrar.
Por favor, yo conozco tu rencor pero si hay algo que aprendí de todo esto es a buscar la oportunidad de arreglar las cosas. Yo sé que te he ofendido y te pido que me comprendas, que las razones son ásperas… ayer un granjero vecino me invitó a guardar la cuadrilla de purasangres que se le había escapado y le prometí guardar mis percherones.
Te pido comprensión, aún hay vacas, borregos, unicornios y un toro berrendo que siguen destruyendo las parcelas.

Y aunque no lo creas: te estimo, te quiero,


XY"


Esta agrobucólica cartita del pasado me sumió en la melancolía. La he editado cortando algunas frases. El autor, si llegara a leerlo, podrá reconocerla. Once años. Han pasado casi once años desde que la recibí, y como le decía ayer a JF, hace diez años no sabía dónde estaba plantada y hoy sigo igual. El problema no es ése, sino la sensación de vacío, pérdida e incertidumbre que me abruma. ¿Verdad Gaby, que ésta es la verdadera tragedia?

viernes, febrero 24, 2006

Consumida

No es mi semana. He llorado a mares. Discutí con mi padre por una tontería y lloré desconsolada todo el día. Ni a trabajar fui.
Fui a ver a Rodolfo actuar en el monólogo “De camino al concierto” y algunas frases del texto de Marcela del Río me mojaron los ojos. En la cineteca, algunas escenas de “Gente de Roma” de Ettore Scola provocaron el mismo efecto.
Ayer vi la competencia de patinaje sobre hielo en Turín 2006 y la japonesa Arakawa me sacó lágrimas. Hoy vi la gala y me sucedió lo mismo al escuchar el Stradivarius de Edvin Marton junto a la interpretación de Plushenko. Lloro si leo, lloro mientras cocino.
Escucho música y no me puedo controlar. No importa si son los Ángeles Azules, Ely Guerra, Rubén Rada, María Rita o James Blunt. El resultado es siempre el mismo: termino con la cara mojada y gimoteando como niña pequeña.
Me consume la tristeza.

martes, febrero 21, 2006

En el olvido

Había escrito esta entrada a inicios de febrero pero por alguna razón que no recuerdo, nunca la publiqué. Vaya entonces, algo de "cajas, recuerdos y libros".

Tres días sin encender la computadora. Todo un logro. Y es que esta semana el tiempo me ha sido corto. Tan corto y tan largo que ya no tengo mayor registro mnemotécnico sino hasta el miércoles en la tarde que estuve, as usual, en mi reunión sagrada del Crazy Bunch en casa de Maru, centro de convivencia social y grupo de terapia grupal para mujeres profesoras y desquiciadas similares. Lo único que recuerdo de ese día es que estaba molida a palos o mejor dicho, a cajas. ¿El motivo? Después de 5 años, por fin fui por las cajas que el Inge guardaba en su taller. Once lindas cajitas llenas de sorpresas, mucho polvo y libros, muchos libros. Armada con fajín, por aquello de que no se bote la hernia, levanté, abrí, confirmé que los contenidos de cada paquete me pertenecieran, cerré, llevé al carro y volví a bajar en mi casa una por una 11 cajas pesadísimas. Papel por kilos. Ya en mi pequeño hogar, me di a la tarea de revisar, reordenar y eliminar todo el material en ellas.

Después de 3 días, por fin he dado por terminada la labor y me he quedado con 7 cajas con libros, revistas, documentos personales (que si del banco, que si el afore, que si el diplomita del concurso, bla bla bla) y algunos instrumentos musicales (por desgracia no encontré ningún acordeón).He aquí algunos de los hallazgos en este brevísimo viaje a través del tiempo y de mi propia historia reencontrada en estas cajas:

  • Mi colección casi completa de la Jornada Semanal, con números que datan desde 1991. Mi primera intención fue tirarlas a la basura, pero cuando las empecé a hojear, me di cuenta que 'ora sí les iba a entender; y es que en 1991 yo tenía ¿qué? 17, 18 años y ni puta idea de qué era eso de la posmodernidad, ni de Derrida, ni de Gloria Gervitz, ni de la manga del muerto, así que supongo que sería bueno reencontarme con mis viejas lecturas bajo una perspectiva distinta. Se quedan las Jornadas junto con las Letras Libres, Ciencia y Desarrollo, chorro mil ejemplares de Proceso de esa época, La Tempestad y varios títulos más igual de interesantes.
  • Juntita en una sola caja, mi Enciclopedia de Historia Universal, junto con parte del material de lectura de la especialidad en Historia de México que no terminé de cursar por falta de fondos. Ay! y pensar que yo soñé tanto con ser historiadora y en lo que acabé.
  • Una cartita que yo daba por rota, quemada y olvidada, de mis tiempos en la licenciatura dirigida a mí por F. Ay, cómo hemos cambiado, qué lejos ha quedado aquella amistad. Ay qué nos ha pasado cómo hemos olvidado aquella amistad? Pero bueno, ya no fue y ni modo, pero admito que sí me soltó un par de lagrimitas secas (Candy Candy y Remi siempre se han quedado estúpidos a mi lado... sobre todo últimamente).
  • Mi tesis de licenciatura. Un asco y una vergüenza, no diré más.
  • Toooooooda una caja llena de cassettes. Sí, esos dispositivos analógicos de plástico rígido que se insertaban en hoquedades y aparatejos similares a las que ahora usamos para los cds. Desde cintas de Foreigner hasta Timbiriche, pasando por Elton John (quién me lo hubiera dicho en ese entonces!), Roxette, Concrete Blond (algo haré para hacer el transfer, inconseguible) y hasta Frank Sinatra y los Camperos de Valles.
  • Un cuaderno pautado con la trascripción de melodías populares de hace como chorrocincuenta mil años, de puño y letra de mi bisabuelo Joel. Lástima que yo no toco el violín.
  • Un engargolado rechoncho con más de 200 letras de canciones en inglés y en francés. Claro! ¡Ya recuerdo! Alguna vez fui maestra de inglés. ¡Qué miedo!
  • Dos flautas, tres palos de lluvia, una cajita de música, tres pares de maracas, mis claves y un buen de discos de vinil en 33 1/3 y 45 rpm. ¿Alguna idea de dónde puedo escucharlos, aunque sea una ultimita vez?
  • Una carpeta con trabajos realizados en la licenciatura (todavía no sé si tirarlo o no). Hay uno cuyo título es por demás pavoroso “Aplicación del tema -1968- a la corriente científica gramsciana”; lo pior es que no es el único, hay otros por el estilo. Y luego se preguntan que por qué está una dañada.
  • Mi colección de revistas Chispa. Increíble. Alguna vez fui niña y feliz.
  • Para contrapuntear la afirmación anterior: Los resultados del test psicométrico que me aplicaron a los 16 años. Según el análisis de la psicóloga, a mis 16 anhelaba tanto el amor que no llegó (ah, no, verdad?). Ya en serio, presentaba signos de agresividad y rebeldía frente a las figuras de autoridad (damn! Ya pasaron otros 16 y sigo en las mismas… tengo problemas).
  • Mis comics de Mafalda y Garfield. Puedo ser feliz por un rato.

Radio pública victorense

Me revienta la radio del pueblo. No puedo entender el porqué de tan mala programación. Como diría Lizalde. “Y no se trata aquí tampoco de conmover a nadie/pero el perro era horrible”. Vamos, que apesta.

En Ciudad Victoria, capital del estado de Tamaulipas, existen sólo cuatro estaciones en FM: La Poderosa (96.1), La cotorra (101.7) del Grupo ORT, Radio Universidad (102.5) y Radio Tamaulipas (107.9). De las cuatro, dos son públicas (evidentemente me refiero a Radio Uni y Radio Tamaulipas). La poderosa y La cotorra se especializan en música grupera. No conforme con eso, Radio Tamaulipas (RT) se fleta como 10 horas de música norteña. Como si las horas y horas de programación de las dos radiodifusoras comerciales no fueran suficientes. Y yo me pregunto ¿cuánto acordeón y bajosexto es necesario escuchar para ser tamaulipeco?

De la programación de RT, sólo agradezco en parte las dos horas de huapangos en horario vespertino y el espacio de 10 am a 12 pm de Fernando Canales "Leopi" (que ni sé cómo se llama)pero de ahí en fuera es un suplicio. Parece que se confunde el término “radio estatal” como sinónimo de “radio de propaganda gubernamental”. Y anda a chutarte en los cortes informativos de cada hora los logros y esfuerzos del gobernador y de su esposa, además de los programas de “crítica y análisis político” que la verdad no valen grillo. Puaj!
Me parece que Alejandro Rosales (el pintor, poeta y loco) tiene un espacio los viernes a las 8 de la noche. He escuchado que está bueno (aunque tampoco se puede confiar, me lo ha dicho el propio Alejandro y algunos cuates…), pero habrá que ver quién escucha en esta ciudad la radio en viernes por la noche. Yo por lo menos no. Y no se hable de Espacio Joven, un desesperado intento de jóvenes universitarios por hacer la peor radio posible en franca y abierta copia de los peores productos basura del estilo VJ’s de Telehit. O sea, entre más imbécil y sin sentido el comentario, mejor… pero en chafa.

Con Radio Universidad, las cosas no son mejores. Sin embargo, es de agradecer que sea la única estación local que no pasa ni un solo acordeonazo norteño. Saben que hay suficiente estaciones en la banda de FM para cubrir la demanda (insisto, ¿cuánto se necesita?) y se dedican a pasar, con su limitada discoteca una mezcla de géneros bastante aceptable. Desde salsa, bachata y son cubano en la mañana pa despertar, hasta jazz y rock en la noche. Es más, A Contracorriente, el espacio de Velarde, quien dirige RUni, es bastante decente a excepción de su voz monótona, pero aguanta. Sin embargo algo le falta. No tiene punch. Las dos horas de música académica de Raúl Juárez a la hora de la comida son de un snobismo rampante. Y la mera verdad es que si no fuera por los espacios de Hispanorama de Radio Exterior de España, Podium Neerlandés, Radio Praga y Radio Francia, la primer red estatal de radio universitaria en el país no tendría razón de ser. Le hace falta producción. Propuesta.

Recuerdo El umbral de la palabra, el programa que hacíamos los entonces altazores. Tenía muchos errores, pero había propuesta, caray. Planeta Comics es una excelente promesa. Lástima de quienes acompañan a Pepe Macías al micrófono. Le dan en la torre al programa. Tópico radioactivos está en la misma sintonía de “Espacio joven” de RT. No diré más.
Extraño Taladro, producción de Toño Rotuno. Ha quedado relegado a los sábados a las 10 de la noche. Ni ellos se escuchan!
Y podría seguir, pero cuál es el caso. Lo que más lamento de todo esto es que el reproductor de cds de mi carro ya no quiere funcionar. Estoy condenada a escuchar la radio mientras manejo. Cuánta tristeza.

martes, febrero 14, 2006

flores, chocolates y dinero extra

Pues hoy me quedé dormida. Desperté a las 7:40 y tenía clase a las 8:10 y llegué con cinco minutos de retraso. De todas formas, la clase salió y me reí mucho con mis alumnitos que festejaban el 14 de febrero en medio de la vendimia de flores, chocolates y cartitas.
Lo mejor de la mañana fue una llamada de mi madre que me informaba de unos cheques retroactivos de mi viejo trabajo en sagarpa. Sensacional! Me lancé a cobrarlos y me alivianaron el final de la quincena. Ya ni pan bimbo tenía. La alacena y el refri eran patéticos.
Ahora espero a Caramelo y Cecilia que vendrán a pasar un rato en la casa a falta de novios con quienes festejar.

A mi banda de lejos. Los extrañooooo. Gaby (ashawasha), Zazil (aigsh!), Lorebria (shalú!, pulgosa), Podrido (apá!), Roycito (ya no me quieres!), José (qué, qué?), Amparo (!!!), Graciela (on tas? te me pierdes), Javier (qué, pa cuándo la juntación?), Carla (???), Paco (encontré una carta viejísima! será la misma?), Francisco (cuándo vienes? falso!) a todos: You're beautiful. Los amo.

domingo, febrero 12, 2006

Week-end

Me reporto con una leve cruda. Ayer sábado tuve reunioncita en mi casa. Se puso bueno. Dos chavas de la ULSA (de las dañadas, o no la rolarían conmigo), una pareja de novios de la UAT (también dañaditos), dos coladas y tres amigos: Blanca, Paco y Bonny. La discusión giró en torno al matrimonio y las parejas (Blanca sigue con su investigación para la obra de teatro que escribe). La banda se dedicó a discutir el tema y beber cerveza mientras yo escuchaba y me recetaba un tinto español barato que me provocó un leve dolorcillo en las sienes (y eso que Paquito me ayudó, que si no...). Hoy sólo dormir, leer y chatear con Lorena en Monterrey.
Mi refri está vacío.
Ay!, mañana es lunes.

sábado, febrero 11, 2006

Varia II

Mujer soltera que vive sola

Leyendo el último número de la Triple Jornada, me encuentro un texto sobre las mujeres solteras en México que viven solas. Los números son interesantes y no los transcribo (mejor leer el artículo completo).
Estoy de acuerdo con el texto en que la mujer soltera transgrede los modelos de convivencia tradicionales. Lo he vivido. Sin embargo, me parece que a pesar de los pesares y los supuestos cambios en la sociedad mexicana, se sigue viviendo con los viejos estigmas de antaño. Una mujer soltera mayor de 30 que vive sola es tachada por muchos de “amargada, lagartona o lesbiana”. Y quien no lo vea así, que pregunte nomás.

Ya los quisiera Nico…

Pos me contaron (o sea, no sé si sea cierto, pero de que es verosímil, lo es) que el chofer del anterior rector de la UAT ganaba la lindura de 24 mil pesos. Así es, señoras y señores, 24 mil morlacos que ya los quisiera un profesor de tiempo completo con doctorado (ojo, de los nacionales, porque los extranjeros ganan un lanón… pero de eso ya despotriqué). Neta que de haberlo sabido, hubiera ofrecido mis servicios. Total, me encanta manejar y más si es en carretera con Suburban sin problemas de estacionamiento y sin pagar la gasofia. Y que eso no es todo, en alguna nómina oscura –hoy desaparecida-, se escondían también los honorarios del chofer de la señora (oséyase, de la esposa del ex rector) y del personal de la casa del señor.
‘Ora que si quiero que de plano me dé diarrea del coraje, sólo es necesario recordar que un futbolista del Corre (¿¿¿qué es??? ¿¿1A??, ¿¿segunda división??) o un basquetbolista gana un sueldo que fluctúa entre los jodidos 15 mil hasta los 50 mil pesos. ¡Y yo queriendo terminar una tesis de maestría! Error, me debí haber dedicado a la patada o la chofereada.

‘Ai la llevo
A partir de este viernes, soy la orgullosa propietaria de otro Castañeda. Con este óleo ya son cuatro las obras del huerco que me pertenecen: Un óleo del 97 y dos grabados del 2005. Je, ya mi casita parece mini galería. Se suman a la colección un pequeño Rosales a pastel, hurtado de la casa de mi madre, un póster de Metrópolis de Fritz Lang y otro de una obra de teatro autografiado por Cristi Anzures.



‘Ora hasta el lunes
Que los cambios en el gobierno del estado se anunciarán hasta el lunes. Y aquí mientras con la tortura. Todo parece indicar que cultura seguirá igual y eso me pone de indignadísima. Espero estar equivocada pero las esperanzas son tan pocas…

miércoles, febrero 08, 2006

doctores y personas

¿Cuál es la diferencia entre un doctor español y uno mexicano? ¿Qué es lo que hace que un posgrado sea de excelencia? ¿El valor de la persona es directamente proporcional al título que posee?
Hoy en la mañana, platicaba por teléfono con Gaby. La distancia entre Victoria y Guadalajara siempre se acorta en el teléfono y más todavía cuando escucho historias de terror universitario.
Entre otros temas lindos que platicamos (la distancia, los amigos, los asesinatos de periodistas en la frontera, el narcotráfico, blabla; cosas de todos los días), retomamos el post previo sobre el noruego y el copy paste.
Pos resulta que en la UdeG, en el lindo doctorado que estudia mi amiga, las cosas son tan tétricas como que un coordinador de posgrado se niega a escribir una carta para que un alumno solicite una condonación de una parte de la colegiatura. Como si el dinero fuera a salir de su bolsa y como si no entendiera que con los 10 mil pesos que da CONACYT de beca no alcanza pa vivir y estudiar de tiempo completo.
Que en el Iteso las cosas siguen como cuando me fui. Y los extranjeros están ocupando posiciones, tienen las plazas y privilegios, que los nacionales, con formación similar ya quisiéramos pa un ratito.
Que acá en la UAT las cosas no pintan mejor, porque los doctores españoles, y uno que otro colado de otras naciones de la Comunidad Europea, ganan mucho más que los nacionales, y sus credenciales no son, en muchos de los casos, mejores que las de la gente de acá.
Así que yo, cual Mafalda, me subo a mi sillita y pregunto: ¿Por qué este trato tan poco equitativo?
Desde mi humilde opinión, lo que hace diferentes a doctores españoles y mexicanos, aparte de los obvios contextos culturales, es que los mexicanos tienen, por lo menos dos años más de preparación académica y una comprensión del entorno que muchos de los foráneos no alcanzan a percibir desde las alturas en las que están instalados (es evidente, como bien lo comenta Luiza, esa falta de ganas de querer comprender la cultura del país que los ha acogido, de meterse, de ir a fondo... desde el lenguaje, la comida y las cosas raras como la burocracia). Con una falta total de sensibilidad, se autonombran superiores y desdeñan todo lo que no huela a paella (y esto no es sólo una frase más, los he oído quejarse de que el pan, sí, el pan no lo hacen como allá, que comer tortilla es terrible, que los vinos acá, que si los vinos allá. Carajo! Si no les gusta, si no se acoplan, que se larguen!). Sé que sueno xenofóbica, y no desearía que se me confundiera como tal, pero la triste realidad, al menos la que yo descubro en torno mío es esta. Tengo buenos amigos extranjeros. Trabajan en México y sé que son gente de valía. ¿Pero por qué preferir un francés frente a un mexicano con perfil similar? No lo entiendo y me pone verde. Este asunto de dime quién te protege y te diré qué tan rápido subirás, cual es el caso de varios del Iteso, me revuelve el estómago. Por último, ningún título ha probado que una persona sea mejor que otra. Eso es clarísimo. Cuando mucho certifica cuánto tiempo hizo una(o) haciendo plancha en un aula y ya, pero si hablamos de calidad moral y académica…