martes, octubre 19, 2010

Más policías. Ayer y hoy.

ENVIAN MAS POLICIAS A VIGILAR MATAMOROS
El Norte
(10-Ene-1988).-

El Gobernador de Tamaulipas ordena la movilización de agentes judiciales para esclarecer asesinatos

MATAMOROS, enero 9 (EXC). El Gobernador Américo Villarreal ordenó el envío de más agentes de la Policía Judicial del Estado para trabajar en el esclarecimiento de los asesinatos ocurridos recientemente y evitar que queden impunes.

Esta semana martes y miércoles dos hombres fueron acribillados con más de 90 disparos. Los dos asesinatos ocurrieron en áreas públicas y céntricas, a la luz del día y ante decenas de testigos.

En ambos casos se sospecha que los móviles tuvieron que ver con el narcotráfico.

Fernando Montemayor Lozano, Presidente Municipal de Matamoros, señaló que el Gobernador le prometió que colaboraría con la autoridad municipal en el problema de la vigilancia.

Al mismo tiempo, el Gobernador gestiona a nivel federal que la Procuraduría General de la República intensifique su actividad contra el narcotráfico.

El jefe de la Policía Judicial Federal, Jorge Núñez Mora, se presentó ante el Alcalde para reiterarle que tienen instrucciones del Procurador de dedicar sus mayores esfuerzos a combatir con energía la delincuencia relacionada con el narcotráfico y a tratar de darle seguridad a la comunidad de esta ciudad.

FALSOS MARINOS

Grupos de delincuentes amparados con falsas credenciales de la Armada de México, asaltan, extorsionan, secuestran y están íntimamente ligados con el narcotráfico en diversas partes del País, dijo hoy en Matamoros el almirante Mauricio Schelenzke Sánchez, jefe de Operaciones Navales de la Armada de México.

El almirante vino a esta ciudad para atender la denuncia de un atentado contra un grupo de norteamericanos y amenazas a un periodista local por parte de supuestos miembros del Estado Mayor Naval.

En el Distrito Federal, dijo, se tienen detectadas 10 casas que falsifican credenciales de la Armada y de otras corporaciones.

Con esas credenciales se amparaban los delincuentes que estuvieron en Matamoros haciéndose pasar como miembros del Estado Mayor Naval y que en noviembre pasado asaltaron a tres estadounidenses en la playa, violando y secuestrando a una mujer y, posteriormente, pidiendo rescate por ella.

Explicó el jefe de Operaciones Navales que oficialmente la Armada de México no tiene elementos con facultades policiacas en ninguna parte del País, como los que estuvieron en esta ciudad indebidamente. Sólo hay elementos de civil para información exclusivamente.

El funcionario de la Secretaría de Marina lamentó lo poco que pueden hacer en la región para combatir el narcotráfico, pues carecen de lanchas, vehículos y gasolina.

Eso hace casi imposible combatir las pistas clandestinas que hay en el sector de Laguna Madre y el tráfico que se desarrolla por la Costa del Golfo de esta localdiad.

Dijo que cuentan con algunos retenes y los marinos hacen recorridos a pie por la playa.

""La capacidad económica de los narcotraficantes es muy superior a la nuestra'', expresó.

martes, octubre 12, 2010

un domingo

Hay días como el de antier. Días en que todo inicia de la mejor forma; días en que pinta para ser sólo eso: otro día más: un buen día: un día entre seres queridos. Ir a almorzar. La risa, el acuerdo, la tontería. Y por supuesto, salir del restaurante y darse cuenta que no, que no todo es así; que no todo es la ligereza del almuerzo de domingo.

Salimos de IHOP a mediodía. Después de revisar nuestras cuentas de twitter, nos aventuramos a las calles de Tampico, sabiendo que sólo a unas cuadras hay una “situación de riesgo”. En el hashtag #tampico se habla de balazos en Liverpool, de un asalto. Nos subimos al carro. Es inevitable, por la dirección del flujo de tránsito, acercarnos un poco más al lugar del supuesto incidente. Por momentos, creemos que es un rumor más, que no está sucediendo. Y sin embargo, hay indicios, pequeñas señales: el señor que desde el otro extremo de la calle, vemos que mira fijamente en dirección sur. Los tuits que siguen llegando reportando el incidente. Y, justo frente a nosotros que esperamos la luz verde para avanzar, tres camionetas de la policía federal se abren veloz camino en dirección a la famosa tienda. Lo creemos ahora. Algo malo sucede y justo a unos metros de donde estamos.

Avanzamos. Viramos en dirección contraria –hacia el norte-, para llegar a casa. De nuevo, un semáforo detiene nuestro recorrido. Esperamos doblar hacia la izquierda. Y ahí, en medio de tráfico, la veo: Una mujer joven, quizás de mi edad, está frente al volante. Con ella, de copiloto, otra mujer mayor. Atrás, un menor, quizás su hijo. Está inquieta, tal vez malhumorada. La veo y me ve, de carro a carro. Nos separan unos 10 metros. Tiene una mirada nerviosa. Se pasa la mano por encima de la boca, como secando algo de sudor. Le ofrezco una sonrisa breve, tímida. Ella sonríe de vuelta, casi con alivio. Entonces le pregunto –contra la distancia- ¿Te tocó?

Sí le tocó. El carro rojo se metió en contra. Iba muy rápido, no le dio tiempo de nada. El tipo se bajó del carro a mitad de la calle, justo enfrente de Liverpool y cargando un arma enorme. Ella no pudo hacer nada. Sí le tocó. El carro rojo estaba al lado del suyo. El arma larga. En contra. Muy rápido. Después, la policía federal.

El semáforo cambia de luz. Debemos avanzar. La risa breve se instala de nuevo. Un cierto alivio en su rostro tal vez por haber podido desahogarse. Le vuelvo a sonreír. Con cuidado, le digo –absurda recomendación-. Ella asiente. Claro, con cuidado.

Damos vuelta. Seguimos nuestro camino sorprendidos, descolocados. Son las 12:50 pm.