Ya había
comentado que los domingos son reteaburridos en el pueblo. Sin embargo, la cafeteada siempre nos salva.
Es como un oasis con aire acondicionado y bebidas sabor calcetín que nos permiten aplastarnos por horas y horas y horas, platicando de todo y de nada.
3 comentarios:
¡¡¡¡¡¡¡BUAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!
los extraño...
¿Quien eres tu?
Ninguna, yo tomé las fotos :-)
Publicar un comentario