“Formando el expediente de divisiones por los Ranchos de la costa, aún nombrando aquí el territorio que hay desde Sierrita hasta el Mar entre el Río Bravo y las Nueces, cometiendo los mas horribles asesinatos a sangre fría, partidas de mas de 100 y hasta 500 llegan a las rancherías y avisan a sus dueños que se larguen de aquella propiedad que era de ellos por mandato de la conquista. Esto lo hacían después de haberlos desarmados, atándoles de pies y manos y tirándolos en los corrales expuestos al rigor del sol. Les anunciaban su próxima muerte intimidándolos de otras Mil maneras y después de comunicarles estos hechos brutales, tomaban sus carabinas y los asesinaban.
De tan bárbaros crímenes llora Mier a sus hijos: DON GUILLERMO D. REGALADO MORENO, DON MANUEL BARRERA, DON CLEMENTE BARRERA, DON ROMUALDO VELA, DON LEOCADIO NARANJO Y DON JOSÉ MARÍA BARRERA, que con dos balas escapó como muerto. este hecho horroriza al considerar que se preparó por algunos; entre otros, por americanos que se fugaron de esta villa, después de la acción que aquí se dio a ellos, el 26 de diciembre de 1842; habiendo recibido protección, servicio y favores, de los mismos que asesinaron... Y son ya tan notorios en el mundo civilizado tan bárbaros asesinatos que se presagiaba la acción de guerra que nos amenazaba, como en efecto se realizó en el año de 1846”.
Tomado de Maldonado Quintanilla, E. (2009): Mier. Un pueblo mágico por gracia de su historia. Ciudad Victoria:Gobierno del Estado, pp. 22-23
