Got milk?

Todo, que me quiten todo.
Que me prohíban fumar un mes.
Que no me dejen comer harinas ni grasas.
Que me digan que no puedo tomar alcohol en un año, no importa.
Que salgan de mi vida para siempre el agua mineral y la coca cola junto con la pepsi.
Que ni una mirinda, sprite o escuis se atraviese en mi camino.
Que me digan que el sexo está vedado para mí hasta el próximo año.
Que cuando vaya al café pida limonada.
Todo, renunciaría a todo.
Pero un mes sin leche ni sus derivados es demasiado.
Un mes sin chocolate Carlos V ni Hershey's.
Un angustioso mes sin mis capuccinos frappé ni mis vasos de leche con chocolate.
Un terrible mes sin galletas con queso crema.
Un desconsolador mes sin ponerle crema a mis tacos.
Treinta inquietantes días sin queso fresco, ni camambert, ni chihuahua o oaxaca.
Treinta días, por lo menos, sin una triste quesadilla, me tienen apesadumbrada y en gran congoja.
Lo más triste es que la leche de soya sabe a madres y hasta el señor Cabeza de Papa se ríe de mí.