¿Qué es Tamaulipas?
En la prensa se afirma: “Tamaulipas es una vergüenza… Tamaulipas es todo un mal ejemplo en México”. “Tamaulipas es un estado disfuncional”. “Tamaulipas es escenario de una guerra entre la organización narcotraficante el cartel del Golfo y su antiguo brazo armado Los Zetas”. “Tamaulipas está infectado por narcotraficantes mexicanos, pandillas salvadoreñas y triadas chinas… Tamaulipas se descompuso porque se profundizó la descomposición en todo el país como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico”. “Tamaulipas es un enigma; sin horizonte político promisorio”.
¿Qué es Tamaulipas?
Tamaulipas es un estado del noreste de México. Cuenta con 420 kilómetros de costa en el Golfo de México y comparte 370 kilómetros de frontera con los Estados Unidos con quien se comunica a través de 16 puentes internacionales, lo que lo convierte en la entidad con mayor número de cruces en el país. Considerado entre las 10 economías más importantes de México, está habitado por poco más de 3.2 millones de personas en 79,384 kilómetros cuadrados de territorio y se organiza en 43 municipios, entre los que destacan, por su importancia económica, demográfica y política, nueve ciudades: Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo, Matamoros en la frontera norte; Victoria, la capital, en el centro; Mante, Altamira, Madero y Tampico en el sur y sureste.
Sólo en las ciudades de la frontera se concentra más de la mitad de la población total. El crecimiento demográfico que experimentan se debe en gran medida a la oferta laboral –maquiladoras y comercio internacional- y a una creciente población flotante que provocan los flujos migratorios al vecino país.
En ciudades como Nuevo Laredo y Reynosa, por señalar dos casos, el 56 por ciento de su población proviene de otros estados de la república. Este hecho se ha visto acrecentado por el aumento en la repatriación de connacionales, a consecuencia del endurecimiento de los controles de seguridad en la frontera norteamericana, que en este año se proyecta supere los 120 mil repatriados mexicanos sólo por Tamaulipas.
Por su condición fronteriza con los Estados Unidos, los municipios del norte tamaulipeco han experimentado, históricamente, una dinámica particular con relación a la delincuencia y al crimen organizado, cuyos costos son elevados.
Todo este panorama está generando un deterioro permanente en la calidad de vida de los habitantes de estas ciudades. Sus signos se perciben ya en rezago de servicios educativos y salud, congestionamiento vial, transporte obsoleto, escasa infraestructura urbana, disminución de la disponibilidad de agua y la falta de espacios para la recreación, la cultura y el deporte.
Pero ¿Qué es Tamaulipas?
El 17 de diciembre de 2009, se registraron 64 muertes en diversas entidades del país. “El día más violento del sexenio” no registraba una sola víctima en suelo tamaulipeco.
2010 es el año en que Tamaulipas brincó al escenario informativo nacional e internacional en la cobertura del narcotráfico. El año inició con buenas noticias: La tasa de homicidios presentaba una significativa y constante tendencia a la baja. Los hechos violentos existían, pero se cubrían escasamente y como eventos aislados.
El estado se preparaba para la contienda electoral en la que se elegiría nuevo gobernador, alcaldes y diputados locales. El tema dominaba la agenda noticiosa. Sin embargo, la percepción de que la violencia iba en crecimiento era contundente.
Durante el mes de febrero, redes sociales y portales de video como Youtube registran balaceras y enfrentamientos en Camargo, Valle Hermoso y Reynosa. Las notas no llegan a las redacciones de la prensa escrita. Los ciudadanos comienzan a registrar en video y blogs el acontecer de sus comunidades.
Al inicio del mes de marzo, se registran enfrentamientos en Xicoténcatl, Camargo, Valle Hermoso y Miguel Alemán entre grupos armados. El 4 de marzo, encuentran los cuerpos calcinados y desmembrados de tres hombres en Ciudad Victoria.
El día 25 de ese mismo mes, 41 reos escapan del centro de readaptación social del municipio fronterizo de Matamoros. El 2 de abril, de nueva cuenta una fuga de reos. En esta ocasión escapan del penal de Reynosa 12 reos federales, mientras que en Tampico esa misma noche, al sureste de la entidad, mueren en un table dance cinco hombres y dos mujeres y con horas de diferencia, la cantante grupera Jenni Rivera suspende su concierto a poco de haberlo iniciado por balaceras en la feria donde se presentaba.
Al día siguiente, 3 de abril, en la carretera conocida como La Ribereña que conecta a los pequeños municipios fronterizos ubicados entre Reynosa y Nuevo Laredo, a la altura de Ciudad Mier, disparan contra una camioneta donde viajaban 13 personas en un supuesto enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes. En el hecho murieron los niños Martín y Brayan Almanza Salazar de cinco y nueve años; cinco de sus familiares resultaron lesionados.
13 de mayo: José Mario Guajardo, candidato del Partido Acción Nacional a la alcaldía del municipio fronterizo de Valle Hermoso es asesinado junto con su hijo y un trabajador en las oficinas de su negocio particular.
Quizás el golpe mediático más importante hasta ese momento se dio el lunes 28 de junio. El candidato a la gubernatura del estado por la coalición PRI-PVEM-Nueva Alianza, Rodolfo Torre Cantú, es emboscado en el kilómetro 9 de la carretera a Soto La Marina, en Ciudad Victoria. El candidato es asesinado, junto con dos escoltas y dos acompañantes, entre ellos, un diputado local y quedan heridas cuatro personas más de su equipo de campaña. El país se conmociona ante la noticia.
El 7 de julio, tres días después de las elecciones se fugan, 12 reos federales nuevamente del penal de Reynosa. Los acontecimientos, los enfrentamientos, las balaceras en carreteras y municipios del estado se suceden. Así, el 30 de julio, trece hombres y dos mujeres, torturados y con tiro de gracia, son abandonados en un tramo de la carretera Matamoros-Victoria, en el municipio de San Fernando. Lo insólito empieza a desdibujarse. El 5 de agosto estalla un coche bomba en el estacionamiento del complejo de seguridad pública del estado, en Ciudad Victoria.
El escenario estaba ya listo para una tragedia mayor: El 25 de agosto, elementos de la marina mexicana encuentran 72 cuerpos, 58 hombres y 14 mujeres, que poco después se sabría eran migrantes centro y sudamericanos. El agente del ministerio público encargado de la investigación desaparece ese mismo día junto con el director de seguridad pública del municipio. Semanas después, aparecerán muertos también en el municipio de Méndez.
La violencia no cesó y en la noche siguiente, estallaron dos coches bomba en la capital del estado, uno frente a las instalaciones de la empresa Televisa y el otro afuera de las oficinas de tránsito municipal, para continuar el 29 de agosto con el asesinato del alcalde del municipio de Hidalgo, Marco Antonio Leal García.
El 10 de septiembre, son 85 los reos –cifra histórica- que logran darse a la fuga del penal de Reynosa a tres días de que asumiera el cargo el nuevo responsable de Seguridad Estatal y justo en medio de la conmemoración del bicentenario de la independencia de México, durante la madrugada del 16 de septiembre, mueren 22 personas en un enfrentamiento entre personas armadas y el ejército en Ciudad Mier.
Insisto ¿Qué es Tamaulipas?
El derecho de piso. El secuestro. La amenaza. El toque de queda autoimpuesto. La indefensión. La calma sostenida en la rutina del día a día. El “ya pasó”. El “todo está bien otra vez”.
Nuevas rupturas en reposo. Las calles desiertas. El silencio de la oscuridad que se rompe por unas llantas deslizantes, un comando que patrulla las rutas, que patrulla su plaza, que a la expectativa. El bullicio nocturno dejado atrás, reservado ahora sólo para la convivencia vespertina –nunca más tarde de las 8. Las rutinas cotidianas, trastocadas. Aquél que ya no trota en las mañanas. Los jóvenes que ya no se divierten en el antro. La mujer que organiza adolescentes pijamadas. El adiós a la vida trasnochada. Los comercios cerrados a hora absurda, inimaginada y al borde de la quiebra. El refugio al interior, al espacio privado de la casa, de los amigos, de los espacios cerrados. Las historias en los blogs, en el café, en la oficina, en la casa. Las anécdotas del horror, del yo lo vi, del me lo contaron.
Carreteras confiscadas. El trayecto de pueblo a pueblo vuelto imposible. El riesgo de perderlo todo, de perder tu carro, de ser violado, de dejar la vida y el orgullo en el fuego cruzado, en el asfalto.
Empresarios y sus inversiones en fuga. Empleos en retirada. El pánico en escuelas que se vacían. Los padres en apresurada urgencia. El éxodo continuo de familias. No pasa nada. La seguridad de los yunaited. Las comunidades, los poblados, las colonias en abandono. El silencio que aturde por constante. Mier, dicen, es ya un pueblo fantasma. ¿y la autoridad? Nos rebasa la violencia, el poderío, el exceso. Las reglas cambiantes, las formas discontinuas, los miedos persistentes.
El deterioro, el olvido, la deserción, el abandono. El clamor de un suficiente que no se escucha, que nunca llega, que se resigna. Un día en Tampico que es igual a otro de Reynosa. Un día en Victoria que en Mante ocurrió dos meses atrás. Un día en Tamaulipas que se repite y se repite y se repite. Secreto a gritos.
¿Qué es Tamaulipas?
Es a partir de febrero de este año que la vida como la conocíamos en Tamaulipas da un giro inesperado. El incremento de los hechos violentos se dispara de forma insólita, vertiginosa. La percepción de descomposición permea en cuestión de semanas.
La ciudadanía, frente al contundente embate de la violencia, busca espacios y herramientas para informarse, para protegerse, para replegarse.
En un primer momento, el gobierno del estado implementó en su portal un Sistema de Información Oportuna al que los ciudadanos recurrían para corroborar la veracidad de hechos violentos en los municipios. Funcionó bien durante un corto lapso, pero fue retirado poco antes de las elecciones por considerarse que su ciclo se había cumplido.
En un primer momento, el gobierno del estado implementó en su portal un Sistema de Información Oportuna al que los ciudadanos recurrían para corroborar la veracidad de hechos violentos en los municipios. Funcionó bien durante un corto lapso, pero fue retirado poco antes de las elecciones por considerarse que su ciclo se había cumplido.
Frente a la innegable presencia y consecuente aumento en los delitos del fuero común en la entidad, una solidaridad anónima comienza a fraguarse en las redes sociales. El caso de twitter como vehículo para obtener datos e información inmediata puede ejemplificarse con el canal #reynosafollow. Con los 140 caracteres de un tuit, se da información concreta, acompañada en muchas ocasiones y por usuarios más experimentados, de códigos de “veracidad”, los tuiteros tamaulipecos se avisan de hechos que ocurren, están ocurriendo o ya sucedieron. Así, A1 significa que alguien te dijo, A2 significa que son rumores, A3 que lo dicen en noticieros, A4 que tú lo viste, A5 que estás ahí.
A partir de su surgimiento, los ciudadanos entran a estos canales específicos para cada municipio vía las computadoras y en un alto porcentaje vía teléfonos celulares, para confirmar rumores de balaceras, secuestros o para pedir consejo sobre rutas de tránsito seguras.
La impresión entre la gente es, por momentos, de desamparo y las autoridades parecieran no estar a la altura. Tan sólo el día de ayer se reportó que 22 de los 43 alcaldes del estado ya no viven ni despachan en sus municipios. La ciudadanía no confía ni en unos ni en otros. El Senado de la República considera ya la suspensión de garantías en algunos municipios.
A cien días del cambio de administración en la gubernatura del estado, los ayuntamientos y el congreso estatal, el futuro de Tamaulipas pareciera estar sentado en la calma angustiante de un polvorín. Tamaulipas es un impasse.
Estamos frente al vacío que es llenado por los miedos y la incertidumbre; y que además desnudan lo que bien afirma Rossana Reguillo: “el poder de la paralegalidad es un hecho difícilmente objetable” o, como lo escribió Juan Rulfo ya hace muchos años: “No se puede contra lo que no se puede”.
Texto leído en la videoconferencia "Ciudadanías al límite: narcoviolencias y migración", organizada por la UCA José Simeón Cañas, con la participación de Rossana Reguillo, José María Tojeira, S. J y una servidora.
3 comentarios:
SIN PALABRAS. Quise llorar. A Standing ovation
¡pobre Tamaulipas, y tam bonita tierra!
y las pesadillas que tenemos con persecuciones, balaceras, asesinatos.. todo es horrible y el estrés aumenta entre las personas, cada vez estamos más amargados, más enojados con el mundo y se perdió la alegría de estar con los amigos. Y lo peor es que los que conocen a narcotraficantes se sienten orgullosos y hasta lo presumen... Triste.. y da rabia no saber qué hacer.
Publicar un comentario