Adopte un bache

Mussy bromea con frecuencia que en esta ciudad, se debería de implementar un programa de "adopte un bache". Este fin de semana que tuve, no me permite más que darle la razón. Me explico:

Sábado 7: 15 pm y yo salgo de mi casita. Voy manejando de lo más tranquila, afuera ya no llueve, pero sí hay charcos por todos lados. Como quien no quiere la cosa, ¡zaz! el carro cae en un lindo boquete de como 20 centímetros de profundidad (no se veía porque estaba lleno de agua, por supuesto); continúo mi camino pensando en el madrazo que le acabo de meter al carro cuando más adelante, la chimistreta empieza a hacer ruidos por demás desconsoladores. Por supuesto que pensé que le había jodido ya la dirección, pero no, aunque debo admitir que el rin que le tengo que comprar al Joaquín Sentra (nombre y apellido de mi carro) ya me duele y me duele mucho.

Vistas las cosas, me regreso a mi casita ya con la llanta de refacción muy puesta, guardo mi carro en la cochera y hurto la camioneta de mi hermano. Todo perfecto, todo bien.

Ayer tuve la osadía de irme a Jaumave sin mayores contratiempos. Llegué a Victoria, me encerré en mi casa pero no contaba con mi jefe, que me localizó después de las 10 de la noche y ándate de regreso a la oficina en domingo. Terminé el trabajo urgente de ese momento y salí de gobierno pocos minutos después de las dos de la mañana, sólo para encontrarme con la llanta delantera (la del mismo lado que mi carro, por cierto) baja como mi moral en estos momentos.

Que se pudra el municipio por tener en pésimo estado las calles de la ciudad y que vivan los guardias de palacio que me hicieron el enorme favor de cambiar la llanta.

Y luego se preguntan por qué pierden las elecciones; yo estoy a punto de la revuelta civil. Me cae que hay quienes no entienden que las acciones de gobierno son las que se ven, las que se viven todos los días, las que se sienten, no aquellas de las que se vanaglorian y que nos tienen pior que antes.

Calidad de vida, ¡por favor!

En fin, yo por lo pronto, adoptaré el bache enooooooooooorme que hay a una cuadra de mi casa; lo rellenaré con amor y en espera de que nunca, nunca se vacíe.