¡A guxto!

En Victoria está haciendo un frío medio feíto. Viento gélido, chipi chipi molesto y bajas temperaturas. Todo indica que por lo menos el fin de semana estará así.

Con este clima tan gacho y propicio para la melancolía, me enfilé en la mañana por una botellilla de whiskol, para calentar los ánimos.

Salí temprano de la oficina y me enfilé a mi hogar donde empecé a preparar una comida en espera de mis comensales pues había invitado a Lorebria a comer. Al final, la comida debrayó en abierto desmadre, cual debe de ser pues los invitados incluyeron no sólo a la illoldi, sino también a Gabriela, Umha y Mussy, para, a eso de las 7 de la tarde, añadirse Sylvie.

La improvisada reunión tuvo un solo bajón cuando fuimos a llevar a la Gaby a la central, de regreso a Guanatos, y hará escasos minutos que terminé de asear manque sea por encimita la casa.

Ya mañana lavo los platos. Eso sí me da mucha flojera y me da frío nomás de pensar en mojarme las manos.

¡Shalú!