miércoles, enero 24, 2007

Urbano, de Alejandro Betancourt

Urbano, de Alejandro Betancourt, es una breve muestra de los alcances que mi querido amigo ha logrado y un pequeño atisbo a las posibilidades de este joven poeta.

En la plaquette presentada este pasado viernes en el auditorio de la Casa del Arte en Ciudad Victoria, pudimos escuchar una parte del deambular de Alejandro por la calle Hidalgo en el Centro de Ciudad Victoria. Banqueta tras banqueta, desde la calle cero hasta el quince, el autor nos muestra una mirada única y personal de esta zona de la ciudad tan cotidiana y tan invisible en muchos sentidos para quienes la habitamos.

A la manera de un etnógrafo, Alejandro va describiendo y develando frente a nosotros un barrio que, a la manera de De Certeau, se descubre como “la posibilidad ofrecida a cada uno de inscribir en la ciudad una multitud de trayectorias cuyo núcleo permanece en la esfera de lo privado”.

Y este barrio, el centro del pueblo, es transparente, signo, sexo, ambivalencia, ambigüedad; es historia y memoria; es comercio y transacción, es sordidez e ironía. La ciudad, el centro de esta ciudad; es juego, sueño y alegoría. El centro urbano como representación metafórica de cada uno de los involuntarios protagonistas de su mirada. Alejandro ha creado una pequeña obra que de tan local, no puede menos que ser universal.

Calle 5 (fragmento)

¡Oh, gran Ritz!,
hotel lustroso por envaselinados
[genitales pulidores del asco,
incensado con bengala de tabaco
[agitada por mano furtiva,
arteria etílica de donde beben los sedientos
de tacto extraordinario,
los susurrantes trémulos,
rápidos o cansados.

Padre-pez de sirenas proscritas
del mar matinal que todo baña de rectitud,
sirenas que lanzan expósitas miradas
a las ventanillas de los autos
ante el cliente ansioso,
porque él como yo
somos un tedio que alimenta
mas no sana.

Hay hombres sigilosos como ratas hambrientas
o bandada de carroñeros:
vigías de este templo carnívoro.

Hay una comunidad de fieles
haciendo vida y sociedad
bajo los faroles atestados de alas grises,
y un cronista iluminado
por la luz de su carrito
es cápsula de timpo,
expediente, nacimiento y muerte
de los habitantes a la sórdida casa.

A sus lados sobresalen irónicas la dulcería,
colmada de madres y niños ansiosos,
la tortillería, donde convergen los más
de los nacidos en esta patria
que cada vez se nos va más hacia el norte,
y la tienda de cintos y pieles
como los de un padre estricto
que no permitiría a la vida de esta calle
acercarse a su familia
y sin embargo, sabe de qué se trata.

Cronista-poeta de corte lemebeliano, Alejandro, me parece, ha rebasado la categoría de promesa de las letras tamaulipecas para, con justicia, inscribirse como escritor joven de nuestro estado (y que se cuiden, porque apenas va empezando).

5 comentarios:

La Observadora dijo...

clap, clap,clap, yo estuve en la presentacion. y casi lloro.

Jo dijo...

me ha gustado lo que lorebria publicoy ahora este

Paul Medrano dijo...

Hombre, el martes que ande por Victoria trataré de conseguir el libraco en cuestión. Salutes

ophelias dijo...

Observadora: sí, clap clap
Jo:Thanx
Paul: Eh! si vienes al pueblo, búscanos! El martes estaremos en el auditorio del Centro Cultural a las 8 de la noche en la presentación de "Pareja Abierta"...

Anónimo dijo...

el poeta este es mi amigo y guardador de todos mis secrets ajaja ams te vale ale eh!! ajja felicidadessss!!