Ely Guerra Acústico

El viernes pasado, casi al filo de la medianoche, se presentó Ely Guerra en Ciudad Victoria.

El scheibe, el club que la recibía, estaba muy por debajo de su capacidad habitual. Calculo cerca de 200 personas esperábamos, algunos más otros menos impacientemente, la salida de la cantente.

Por fin, después de lograr que los chavos de la Orquesta Juvenil de Ciudad Victoria casi colapsara de la emoción al autogriafiarles un póster a su llegada, recibimos las primeras notas de su guitarra y de su voz.

Exudando vitalidad y cachondería, Ely tocó la guitarra , acústica y eléctrica, sólo para hacer humilde acompañamiento de su voz, que a lo largo de los años ha logrado madurar y educar a niveles que no se preveían hace diez años.

El concierto arrojaba un aire de intimidad por la cercanía de la Guerra y su auditorio, quienes cantábamos junto con ella o simplemente escuchábamos, los más, con admiración cada una de las canciones que interpretó esa noche.

Cantó a capella, una parte de Júrame y completamente una rola más que desconozco; a capella y sin micrófono, para sorpresa de los que ahí estábamos.

Interpretó algunos de sus éxitos, principalmente de su disco sweet sour hot & spicy, quizás los más conocidos por la mayoría, pero hubo de todo: desde peligro, pasando por tengo frío y hasta ojos claros, labios rosas y mi playa.

Poco más de una hora y media duró el concierto, despidiéndose de la banda que gritaba y pedía más. El encore había pasado y no hubo un segundo.

Quizás el concierto de Ely Guerra en Ciudad Victoria, sea uno de los más significativos que tendremos en todo el año. Y con un poco de suerte, la tendremos de vuelta ahora sí en un buen teatro como el Amalia.