sábado, septiembre 16, 2006

En el CXCVI aniversario de la independencia.

Acabo de ver por televisión la farsa, la puesta en escena del grito de independencia en Dolores, protagonizada por Fox. Con la gente alejada por una valla, el presidente caminó ufano, se dignó a repartir un par de saludos y al llegar al quicio de la puerta de la histórica iglesia de Dolores Hidalgo y pronunciar el grito, el muy infeliz cambió el protocolo de los vivas para agregar “viva la democracia”, “vivan nuestras instituciones” "viva la unidad de las y los mexicanos".

No pude menos que levantarme como resorte de mi sillón para sentarme a escribir. Al gobierno de Fox se le olvida que Hidalgo, al llamar a la revuelta independentista dijo muy clarito “¡Muera el mal gobierno!”. Me pregunto, ¿A cuál democracia se refirió el presidente? ¿A qué instituciones? ¿A la unidad de qué jodido pueblo se refiere? ¿De qué México está hablando?

Me parece que en esta fecha es necesaria la reflexión y la vuelta hacia la Historia (esa ciencia, la única exacta, escuché decir ayer…). Por eso, me parece que las palabras leídas por Ignacio Vallarta el 16 de septiembre de 1855 en Guadalajara son más que pertinentes.

Van algunos pasajes… (Cualquier alusión con eventos contemporáneos, no es coincidencia). Ya me voy... esto amerita alcohol.

"¿Qué responderíamos a ese Hidalgo venerado, si levantándose de su tumba nos dijera: Yo os di una patria rica, hermosa, grande: ¿qué habéis hecho de ella? Yo os di la libertad que apetecíais: yo os emancipé de una metrópoli tirana: yo hice reconocer los derechos que, como pueblo, os competen: ¿qué habéis hecho de esos bienes? ¿Dónde están vuestros hermanos de Texas, de Californias, Nuevo México? ¿Qué responderíamos señores? La vergüenza cubre mi rostro y mi labio enmudece de afrenta. Sombra augusta de Hidalgo , aparta tu vista de tu infortunada patria: mis palabras no vienen a tributarte un homenaje de gratitud por tus virtudes que admiro; están consagradas a despertar a México del sopor que la embarga en las vísperas de su ruina; están consagradas a hacer que tus hijos sean dignos de grandeza.

Basta un examen superficial , una rápida ojeada sobre la presente situación de México, para quedar poseídos de espanto terrible. Nuestra sociedad se disuelve, nuestro edificio político cruje amenazando ruina: las masas son presa del hambre y de la miseria; el pueblo padece : todo mexicano está en expectativa: la inmoralidad ha penetrado hasta la médula de nuestros huesos; gusano roedor carcome nuestro corazón: la consolidación de las instituciones políticas del país pasa ya por asunto de burla: nadie cree en los gobiernos en su impotencia absoluta de hacer la felicidad pública; y de trastorno en trastorno, de pronunciamiento en pronunciamiento, México corre al abismo. Esta es la verdad, esto es lo que vemos, esto lo que sentimos; y si esa verdad es cruel, no debe por esto hacernos desamyar.


Complica haciendo más difícil nuestra situación la codicia insaciable del gabinete de Washington: el pueblo que se ha tragado ya a Texas, Nuevo México, la Mesilla y California, espera el momento propicio de borrar del mapa de las naciones a México: el portentoso vigor del Norte, su colosal adelanto, contrasta fatídicamente con nuestra debilidad extremada, con nuestro vergonzoso atraso.

Yo quiero, señores la democracia en todo su desarrollo práctico, con toda su influencia política, con todo su alcance social; porque sólo la democracia, así entendida, sabrá dar solución a nuestro gran problema nacional, y sabrá marcar el hasta aquí a nuestro inaudito desorden: yo quiero la democracia pura, sin mezcla de heterogéneos elementos, porque sólo ella es potente a contener nuestra ruina, yo quiero la democracia pura, sin ajenas combinaciones, porque amo a esa institución que hace al hombre hermano del hombre…

Los males de México están puestos en su misma organización político-social… palpadlo por vosotros mismos: en México existe y siempre ha existido fueros que dan a entender o que la justicia de la ley no es igual para todos los hombres, o que entre éstos hay unos que son distintos de otros, puesto que no pueden regirse por la misma justicia… en México existe y siempre ha existido tan absurda división de la propiedad territorial… en México existe y siempre ha existido, la amortización de los capitales, que hace morir de hambre a los pueblos… en México existe y siempre ha existido una clase que, confundiendo los intereses eternos de la religión con los transitorios de la tierra , ha proclamado con orgullo su independencia , ha estado continuamente entorpeciendo las funciones de nuestra máquina política…".

Update: Hoy, al leer los periódicos, me entero que Encinas hizo la misma burrada de Fox, al agregar en su "grito" un "Viva la soberanía popular". Igual de indignante una como la otra. No es que sea purista, pero los tiempos reclaman estar a la altura so riesgo de que la historia se las cobre caro (o que desaparezca esta ficción llamada México y entonces buena que la haríamos). El discurso de Encinas debió poner ejemplo de institucionalidad y no andarse con pendejadas partidistas (con Fox ya ni digo nada, está más que comprobada su estulta, peligrosa y humillante intervención partidista en las elecciones en perfecta armonía con su enorme hocico).


* La imagen es un fragmento del mural de Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria, obra de Ramón García Zurita.
** El documento con el discurso completo de Vallarta puede encontrarse aquí.

2 comentarios:

Jo dijo...

ahora discrepo contigo, yo lo vi estuve ahi.

Me hubiera gustado que hubieras sentido lo que sentimos nosotros esa noche bajo la lluvia.
Pero ya te contaremos en persona

Tendremos reseña completa del viaje a Dolores con video del grito y demás este miercoles en mi casa. No te puedes perder el Midweek

Nana dijo...

Madre... patria, en tu día, tampoco se le pueden pedir peras, digo, pos los jodidos dan de gritos pero por otros motivos. Creo sentir que te entiendo e intelectualmente te acompaño en su dolor. Abacho.