lunes, mayo 08, 2006

Mal humor

Tengo días que escribo tarugas al por mayor como el día de hoy (tres posteos en un día, chale). Sospecho que deben de coincidir una serie de factores para que mi cabeza se niegue a trabajar y, en lugar de ello, fluya de verborrea en verborrea, ilógica y mentecata. Después de darle un par de rodeos, mientras tengo los ojos fijos en una telenovela mas-que-absurda de TV Azteca, he llegado a la conclusión de que algunos de los factores que hoy coincidieron fueron:

  • Traigo un cólico de putamadre (y cuando tengo cólicos, mi habitual discurso se torna poco más que imposible para las buenas conciencias. Es un verdadero desfile de palabrería non sancta que quizás sonrojaría levemente a la Illoldi que es toda una maestra del caló).
  • Sigo encabronada con las pinches hormigas. Se me trepan hasta cuando estoy escribiendo. No se puede trabajar así.
  • Poco después de las 5:30 de la tarde y después de varios truenos a lo lejos, la che lluvia nunca cayó, pero se incrementó el bochorno al interior de mi casa, generando un diluvio salino sobre mi cuerpecito que me rete-emputa. Sobre todo cuando las jodidas gotas se escurren sobre la cara y las piernas. Horror!
  • Fui muy decidida a comprar agua a la tiendita de la esquina, sólo para descubrir que no traía más que cinco pinches y miserables pesos. Además, estaba atendiendo el hijo del dueño que me cae de la reverenda chingada por lo que al descubrir que no traía lana, me di vuelta nomás sin decir agua va.
  • Un imbécil con quien solía intercambiar fluídos (no se puede decir que fuera novio) me acaba de decir (por el msn messenger) que se casa. Y yo me pregunto ¿Y a mí qué chingados? Digo, no era pa pedirme permiso. Che bato (o vato, nunca he sabido cómo se escribe la palabreja… Julio, ¿tienes alguna idea?).
  • Sólo crucé palabra en el día con 3 personas (por teléfono) y por menos de 10 minutos en total (sí, la suma del tiempo que hablé con las tres personas no da pa más de 10 minutos. Chatear no cuenta).
  • El cólico me está matando. La empastillada no surte efecto y ya llevo dos en cuatro horas.

En vista de lo anterior, he decidido tomar el sabio consejo de Carlitos Bodeler: Me declaro en huelga de tolerancia y me pondré idiota. Quien quiera agarrar la jarra, que me marque (en una de esas paso de los 10 minutos de uso de cuerdas vocales), estoy en mi casa. (No me embriagaré de virtud, estoy hasta el gorro de ella).


---
Embriáguense, de Charles Baudalaire (fragmento)
Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.